miércoles, 29 de febrero de 2012

Momentos de Oscuridad


Señor Jesucristo, de la oscuridad de la muerte hiciste surgir la luz. En el abismo de la soledad más profunda habita, de ahora en adelante y para siempre, la protección poderosa de tu amor; desde el rincón oscuro ya podemos cantar el aleluya de los que se salvan.

Concédenos la humilde simplicidad de la fe, que no se desvanece cuando nos acosas en las horas de oscuridad y abandono, cuando todo se torna problematico.

Concédenos en este tiempo en que, en rededor de uno se traba una lucha mortal, la luz suficiente para no perderte de vista; suficiente luz para poder entregarla a los que de ella necesitan más que nosotros. Haz brillar sobre nosotros el misterio de tu alegría pascual como aurora de la mañana.

Concédenos ser personas pascuales en medio del sábado santo de historia.

Concédenos que, a través de los días luminosos y oscuros del tiempo en que vivimos, podamos siempre con ánimo alegre, caminar hacia la gloria futura.

Amén

Ignacio Larrañaga

2 comentarios:

Vicente Hungría Guzmán dijo...

No hay soledad más solitaria cuando me encuentro lejos de tí mi Señor.
inindame, cubreme, dame la paz y luz que necesito para salir de la oscuridad del pecado y de tu lejania.

Vicente Hungría Guzmán dijo...

No hay soledad más solitaria cuando me encuentro lejos de tí mi Señor.
inundame, cubreme, dame la paz y luz que necesito para salir de la oscuridad del pecado y de tu lejania.