miércoles, 27 de septiembre de 2017

El Puño en Alto


Eres del lugar donde recoges la basura.
Donde dos rayos caen en el mismo sitio.
Porque viste el primero, esperas el segundo.
Y aquí sigues.
Donde la tierra se abre y la gente se junta.

Otra vez llegaste tarde: estás vivo por impuntual,
por no asistir a la cita
que a las 13:14 te había dado la muerte,
treinta y dos años después de la otra cita,
a la que tampoco llegaste a tiempo.
Eres la víctima omitida.
El edificio se cimbró y no viste pasar la vida ante tus ojos,
como sucede en las películas. ç
Te dolió una parte del cuerpo que no sabías que existía:
a piel de la memoria, que no traía escenas de tu vida,
sino del animal que oye crujir a la materia.
También el agua recordó lo que fue cuando era dueña de este sitio.
Tembló en los ríos.
Tembló en las casas que inventamos en los ríos.
Recogiste los libros de otro tiempo,
el que fuiste hace mucho ante esas páginas.

Llovió sobre mojado después de las fiestas de la patria,
Más cercanas al jolgorio que a la grandeza.
¿Queda cupo para los héroes en septiembre?
Tienes miedo. Tienes el valor de tener miedo.
No sabes qué hacer, pero haces algo.
No fundaste la ciudad ni la defendiste de invasores.

Eres, si acaso, un pordiosero de la historia.
El que recoge desperdicios después de la tragedia.
El que acomoda ladrillos, junta piedras, encuentra un peine,
dos zapatos que no hacen juego, una cartera con fotografías.
El que ordena partes sueltas, trozos de trozos, restos, sólo restos.
Lo que cabe en las manos.

El que no tiene guantes.
El que reparte agua.
El que regala sus medicinas porque ya se curó de espanto.
El que vio la luna y soñó cosas raras, pero no supo interpretarlas.
El que oyó maullar a su gato media hora antes y sólo lo entendió con la primera sacudida,
cuando el agua salía del excusado.
El que rezó en una lengua extraña porque olvidó cómo se reza.
El que recordó quién estaba en qué lugar.
El que fue por sus hijos a la escuela.
El que pensó en los que tenían hijos en la escuela.
El que se quedó sin pila.
El que salió a la calle a ofrecer su celular.
El que entró a robar a un comercio abandonado y se arrepintió en un centro de acopio.
El que supo que salía sobrando.
El que estuvo despierto para que los demás durmieran.

El que es de aquí.
El que acaba de llegar y ya es de aquí.
El que dice "ciudad" por decir tú y yo y Pedro y Marta y Francisco y Guadalupe.
El que lleva dos días sin luz ni agua.
El que todavía respira.
El que levantó un puño para pedir silencio.
Los que le hicieron caso.
Los que levantaron el puño.
Los que levantaron el puño para escuchar si alguien vivía.
Los que levantaron el puño para escuchar si alguien vivía y
oyeron un murmullo.

Los que no dejan de escuchar.

Juan Villoro

lunes, 25 de septiembre de 2017

¿Alguien conoce a este soldado?

Cuando Marco Gil Vela, fotógrafo profesional, dio a conocer al mundo esta fotografía y el siguiente mensaje a través de las redes sociales, pensé que era fraude; ¿por qué? Porque Marco se dedica a la fotografía. Porque, por cuestiones políticas algunas personas se han dedicado a difamar al ejército de mi país. Porque a veces es bueno dudar. El tiempo y su desarrollo de los eventos, nos dijo a los dudosos que no, que hay soldados que también lloran. Con relación al texto, si lo lees sin dudar es una carta, una solicitud, un gesto de gratitud, una pesquisa y una breve explicación de el por qué de esa pesquisa.

"Mas si osare un extraño enemigo profanar con su planta tu suelo, piensa ¡oh patria! querida que el cielo un soldado en cada hijo te dio".

A este SOLDADO:

Gracias por que sin saberlo me regalaste la oportunidad de despedirme de mi esposa e hija, gracias por que sin dudarlo arriésgate tu vida bajo los escombros y junto con los demás diste hasta el último esfuerzo para rescatarle, supe que cuando viste su brazito bajo aquel escombro ese 19 de septiembre gritaste con un dolor palpable e insoportable, desgarraste tu garganta y tus lágrimas brotaron como si hubiese sido tu propia sangre quien hayabas sin vida, gracias por entregarla a mi guerrero Zeus Gonzalez (primo de mi esposa) gracias por soportar aquella loza que cayó sobre tú cara para rescatar a mi niña y sin saber gracias por hacerme soñar con un posible milagro GRACIAS A DIOS POR ALISTARTE en el EJERCITO MEXICANO Y GRACIAS A TUS TROPAS Y OFICIALES POR PONERTE AHI EN ESE PRECISO INSTANTE para darlo todo POR MIS MUJERES !!!!

A ti te saludo hermano soldado, por ti desenvaino mi espada de dolor y ante ti la presento como muestra de mi mayor respeto, admiración y estima !

Si alguien le conoce ayúdeme a llegar hasta él, para poder estrecharle mi corazón que aunque destrozado... Le estará agradecido toda la vida.

"Un recuerdo para ellos de gloria" 
MORELOS AGUANTA, MÉXICO SE LEVANTA!


domingo, 24 de septiembre de 2017

Déjame Abrazarte México

Déjame abrazarte un poquito, México. 
Sé que estás asustado, que tienes miedo de cerrar tus ojos esta noche. 
Estas no han sido semanas fáciles para ti en ningún sentido. 
Sé que sientes incertidumbre e impotencia, 
que eres casa de un pueblo herido el día de hoy; 
pero déjame abrazarte un poquito. 
México, déjame consolar tu corazón; 
porque eres tierra de pueblo de luchadores, de solidarios, 
porque eres casa de valientes, de los que no se rajan. 
México, eres casa de gente que se la juega por el desconocido y que se crece ante el dolor. Gente que no tiene miedo de salir de sus casas a echarle la mano a otro. 
No tengas miedo porque saldremos adelante, juntos, 
así como salimos adelante del terremoto hace 32 años, de los huracanes, de enfermedades. 
—y de tantos gobiernos corruptos—
No tengas miedo México, 
porque nos hiciste un pueblo donde en momentos de sufrimiento el vulnerable se vuelve familia. 
No te miento, hoy vi edificios destruidos y gente sufriendo. 
Vi coches bajo de escombros y mucha, mucha necesidad. 
Pero, ¿Sabes? 
Vi listas y listas de personas buscando ayudarte. 
Vi supermercados repletos de gente buscando víveres para los centros de acopio. 
Personas con palas; paramédicos dispuestos a ir a donde fuera para brindar ayuda. 
Vi estudiantes haciendo comida, vi abrazos entre vecinos.
Vi consuelo, vi amor, vi empatía. 
Mantente fuerte. 
Nos esperan momentos difíciles, momentos de incertidumbre y de noticias dolorosas para muchos familiares; 
pero no dudes ni un minuto de que saldremos adelante, fuertes, fregones, —chingones—, es así como nos hiciste: 
con el corazón en duelo y dolor pero con alegría, solidaridad y optimismo para hacer sentir mejor a nuestros hermanos. 
Hoy descansa mi México. 
Hoy no tengas miedo. 
Hoy recupera tu fuerza porque el día de mañana nos espera mucho por qué luchar y nos espera todo para poder ayudar. 
Canta México, canta y no llores.


No hay huracán, sismo  e inundación que pueda derrumbar a una nación; donde el mejor amigo de un mexicano es otro mexicano.

Autor: Marce Mejía


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